7 de 1000 :: Reflexión vocacional musical
A mí la música no me gusta según el estado de ánimo. Tampoco soy absoluto seguidor de un género o una banda. Me canso. Supongo que será falta de constancia.
Me bajé Guero de Beck y no me gustó. Ahora oigo un disco de Frank Sinatra que es muy bonito porque parece música de esa navidad que uno nunca vive pero cada año cree que sí (y la complementa con el mismo sidi de carols cantadas por Andy Williams) y por la que decora la casa con simulacros de nieve y pone medias al lado/encima/abajo de la chimenea de la casa. O, de alguna película de Disney vieja. El caso: huele a nostalgia.
Con Carola discutimos cosas de peluquería, lo cual está muy bien. Además vende brownies. Me pidió que le diera el link de mi blog y por eso sentí el deber de escribir algo.
Cada vez más incoherente, eso sí.
Daniel por su parte me cuenta que trabaja curando la tuberculosis. Aquél de allá es analista de riesgos de seguros. El otro se ganó una beca en Barcelona. Y uno queriendo salvar el mundo pero no sabiendo en dónde estudiar eso.
Tarea pendiente.
Es más, le acabo de decir a Ferno (con la voz de Horatio): "Sí quisiera saber si existe lo que quiero, como para saber si hago eso o de una vez dejo la maricada y hago un MBA y compro mi ropa en Arturo Calle."
-Y pongo Frank Sinatra en la oficina.
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