El Fin Del Mundo Del Fin

Después de días de asombro de lo que se puede hacer con la enviciante "net", por fin creé este espacio terapéutico y disciplinario. Terapéutico, para hacer catarsis y exorcizar demonios (como algunos {demonios} bien saben); disciplinario, pues como dice el señor Arturo Covacha sirve para coger el ritmo y propósito de siempre estar escribiendo; y espacio.... porque sí.

Friday, May 26, 2006

El otro papá musical...

Prometí que Soda Stereo y Pink Floyd eran mis papás musicales. (Hace poco encontré mi mamá musical pero por ahora no viene al caso.) Sin embargo dejé pendiente a Pink Floyd y recibí un reproche/comentario/solicitud y pues entonces acá va como estaba planeado, pues en este espacio o es satisfacción garantizada o la devolución de su dinero. Y francamente prefiero satisfacer antes que devolver ‘luca’.



Ese es el primer CD de Pink Floyd que tuve en mis manos, de los primeros CD’s que tenía, el primero que me regalaban como aguinaldo navideño, el primero que me daban después de armar berrinche. Que porqué no puedo ser roquero, que porqué no puedo tocar la batería, que porqué no puedo oír otra música que no sea la de Melodía Stereo, que porqué no me compra el CD que vea que es doble y es en vivo, papá. A ver de qué grupo me dice usted que es el CD, decía el hombre y yo de una le decía animado a haber derribado ese mar que es mi papá, Pink Floyd, los de Roger Waters, David Gilmour, Nick Mason y Richard Wright.

Y claro, ahí es que está el talón de Aquiles del hombre, porque mi papá, un tipo (tipazo) que se le canosea el mostacho es, como yo (no se si ya se los había dicho, y si sí pues ahí está de nuevo), tremendamente nostálgico y cuenta una y otra vez las mismas historias. Están esas de cuando se iba a la librería Bucholz atendida por un simpático viejito del mismo nombre a ver qué acetatos nuevos habían importado y se encontraba con Beethoven, Bach, Vivaldi, Brahms, Haydn, Haendel, uno que otro Armstrong, Fitzgerald, Keith Jarret (un pianista muuuy teso, no le miento), Pérez Prado o Sonora Matancera. También algo de los Beatles, Moody Blues, Simon & Garfunkel, pero nunca ni una pizca de Pink Floyd.

Era el año 99 (del que ya le he hablado, y si no, pues aquí está por primera vez), y hacía yo el bachillerato en la escuela donde había hecho la primaria y era chicorio y sin preocupaciones, una tal San Carlos (primera y última vez que lo menciono, palabra). Organizaban cine-clubes en los recreos y ahí vi lo que me hizo inclinarme por hacer lo que hago (así que una especie de gracias al que lo organizaba si es que llega a mirar esto por casualidad), viendo ‘Natural Born Killers’ de Oliver Stone y ‘The Wall’ de Alan Parker. La ñapa además, un nuevo gusto musical.

La película me había matado. Recuerdo fielmente la máquina de hacer salchichas con niños, la parte donde suena ‘Hey You’ (que ahora que lo pienso bien puede ser ‘Comfortably Numb’), los martillos que emulan miembros del nazismo o los figurines esos que hacían parte del juicio y se deformaban y lo hacían sentir a uno tremendamente asustado, pero a fin de cuentas poco entendí de todo. Igual salí fascinado y se me quedaba el corito famoso este de:
We don't need no education
We dont need no thought control
No dark sarcasm in the classroom
Teachers leave them kids alone
Hey! Teachers! Leave us kids alone!
All in all you're just another brick in the wall

Y decidí ser roquero y hacer mi propia colección, e iba a tocar guitarra y tener mi grupo y hacer giras y destrozarme la cabeza y rearmarla en medio de aplausos por mis geniales muestras de talento incomprendido. Pero no, sólo me compraron el CD doble, ese que les cuento, con un folleto lo más de bonito, lleno de fotos y unas biografías que aún no he leído pues he quedado de sacarles tiempo ‘pa leerlas con calma’ pero eso nunca pasa y el que pasa es uno y las letras no se borran, como dice mi mamá (esa misma que cumple años el 27). Pero el CD si lo tengo, y lo oigo a menudo y me acuerdo del aprecio que le tengo, y que así mismo quiero a Pink Floyd.

Años después no había oído mucho más del grupo, hasta que se me soltó una joya: ‘Wish You Were Here’. Qué canción tan bonita, tan repetible y tan cantable. También estaba ‘Havassy Yard’ que casi nadie la conoce, y Ferney me prestó uno disco que se llamaba ‘A Saucerful Of Secrets’, que era medio loco y tenía sus letras corridas y unas notas e instrumentos no muy ortodoxos y se parecían a los Beatles en sus momentos más experimentales.

Como con Soda, hasta ahora estoy oyendo cosas nuevas, casi siete años después de haber descubierto el agua tibia. Por ahí oí el otro día ‘Animals’ y ‘Dark Side of the Moon’ e incluso un tributo electrónico a la banda, nada del otro mundo, pero con una versión de ‘Money’ como para pararse y buscar pareja y bailar. Quiero oír ‘Shine On You Crazy Diamond’ (otro notable ejemplo de maestría con las letras) y todo el CD de ‘Wish You Were Here’ que por lo menos tiene una portada para no olvidar.

Pink Floyd es el grupo de moda en la actualidad, no hay duda.

Thursday, May 25, 2006

Match Point



Me fascina Woody Allen. Me fascina su universo lleno de nervios y con alta probabilidad de error, con la inmensa inminencia del fracaso, con el martirio de la derrota. Tiene un ritmo lento, pero contundente, como las montañas rusas, especialmente la de Camelot, que después de una lenta escalada, soltaba un torrente de emociones de un tacazo. Así son sus películas, arrancan sin tanto ruido ni 'chispun', para cogerlo a uno como quien no quiere la cosa. Esta vez fue con 'Match Point', ¡qué película tan sabrosa! Todo es delicado, como decía una colega, es una película con gusto. El tenis clásico, blanco y ortodoxo de Wimbledon, los dandys ingleses, la pulcritud inglesa-londinense y ese acento inglés que no los deja decir 'carrot' sino 'carrut', 'dogs' sino 'doxs', 'mister' sino 'mista', 'woman' sino 'lady'.



Y empieza con una escena elegante. Voz en off, imagen metafórica y una cámara lenta de esas que hacen que uno recuerde que el cine de tanto en tanto, lo saca a uno de los chiros y le muestra esas pizcas de realidad en fragmentos extraños y de sueños que nunca podemos ver en vivo y en directo. El resto es anécdota, y motivo para verla. Scarlett Johanson como para no dejar de ver nunca la pelìcula. Ópera para engalanar las tomas. Jonathan Rhys Meyers, un perfecto extraño para todos, es el protagonista ambiguo y que es el alma de la doble moral tan irónica, sarcástica y contemporánea que está detrás de la película. O se le apoya o se le odia. Y es Allen el que decide en qué momentos mover al público hacia cada reacción.

Pa qué, pero me gustó. No le voy a decir mentiras. Sale uno con la idea de lo superficial que es en el tema de la cabronada humana la aclamada 'Closer' de Portman, Roberts, Owen y Law (las damas primero). Acá sí que está el retrato del crétino, la muchacha inquieta y 'ganosa' y el espectador que se siente culpable porque ve sus pecados en 35mm. Como para que la muestren en los colegios en las clases de urbanidad.

(Se oye: el S&M de Metallica... se dieron garra)

Sunday, May 14, 2006

Diario de viaje



(David Hockney - Pearblossom Highway, 11-18th April (1986))

Esta mañana salí a pasear. A ventilar un poco las ideas. Y las ventilé tanto, que llegué a este lugar. Casi me pierdo.

Afortunadamente mi mamá me llevaba de la mano.

Feliz día a mi madre (y a la suya también).

Friday, May 12, 2006

El Idioma del Meo


El célebre profesor romano Claudius Vohue, junto con su gallego ayudante Perico de los Palotes, anunciaron recientemente en la ciudad de Vilna, capital de Lituania, el descubrimiento del enigmàtico, y no menos interesante, idioma del Meo. Sabios de los vecinos países de Estonia y Letonia, también estaban bajo el rastro del trascendental descubrimiento, pero fue Vohue junto con su pupilo, los que lograron afirmar rotundamente la existencia del idioma luego de haber encontrado la pieza arqueológica llamada 'taza' o 'retrete'.

Registro fotográfico fue presentado por los investigadores y se adjunta a este reporte. Según la tradición oral y la misma leyenda, el idioma del Meo, sólo era recitado frente a este sagrado altar. La estructura sintáctica, los morfemas, los tiempos y conjugaciones de los verbos, las disonancias y demás características idiomáticas, no son muy complejas al parecer, y se sospecha que era usado por individuos con capacidades diuréticas incontenibles.

La composiciòn del idioma se puede resumir fácilmente mediantes las siguientes claves:
-La unidad bàsica eran las vocales. Vocales, pues una sola no afectaba. Ejemplos: 'aaaaa', 'eeeee', 'iiii', 'ooooo', 'uuuuuuu'. (En algunos paìses de lenguas más avanzadas se usaba el vocablo 'yyyyyy')
-A partir de estas unidades básicas, se pasaba al nivel intermedio de complejidad, donde se mezclaban las vocales para dar lugar a nuevos vocablos de dos o más sílabas. Ejemplos: 'aaayyy', 'oooiii', 'uuuuyyy' (De nuevo en los paìses màs avanzados se usaba el vocablo 'iiiyyyy'.)
-Las formas bàsica e intermedia, dan lugar a una tercera y avanzada etapa, que para el sabio Vohue, constituye un reto del entendimiento, ya que se usa una figura fonètica extraña: el 'jijueputa'. Ejemplos: 'aaayyy jijueputa', 'uuuuyy jijueputa'. (Los países más avanzados daban estas impresionantes muestras de dominio vocal: 'jijueputa aaaiii jijueputa'.)

Aunque no se puede datar fácilmente, el sabio Vohue sospecha que este idioma data de la època anterior a que naciera la maña de orinar parado.

Wednesday, May 10, 2006

Crónicas del Rock

Mis papás rockeros son Soda Stereo y Pink Floyd.

Soda Stereo

Pesqué por casualidad un CD de grandes éxitos en una miniteca que tenía un tío. Junto a los exitazos de fin de año, los 14 Cañonazos, el Comejen, los que lo sacudían porque tenían arena y el rey Diomedes, estaba el trío argentino esperando a que una vez más pusieran su canción de miniteca: 'De Música Ligera'. Trillada y relamida hasta el tuétano en las tandas rockeras de las fiestas, junto con el 'que muy machino ahh muy machino, marico nena mas bien putino' o '¿dónde (putas) estás matador?', y en las páginas de anuario cuando el sujeto graduando remataba su despilfarro de agradecimiento con citas y citas de sus rockstars preferidos y le daba la pincelada final con la bofetada de "Gracias... totales" (totales desgracias).

Algo más tenía que tener, suponía yo. Ya había por ahí otro rastro cuando en los 90's el único programa de videos era presentado por Angie Cepeda y se llamaba 'Persiana Americana'. Pero aparte de Persiana y De Música Ligera, era poco lo que conocìa. Me llevé el Grandes Éxitos a casa y oí complacido que existía una Ciudad de la Furia, unos Signos, un Corazón Delator y que el cantante pedía incesante que lo trataran con suavena. Y le criticaran todo a Soda pero nadie le quita a Cerati y sus talentosos compadres que son unos maestros pa aquello de la letra y la composición. Cerati es el poeta máximo del rock en español, lección pa tanto Palodeagua que pulula por ahí comparando cuanto ve con una palmera que sólo vive en su cabeza ('tus ojos son como la palmera al lado del mar, tu sonrisa me recuerda a la palmera al lado del mar, tururu tururu, tu pelo me recuerda a la palmera al lado del mar, tururu, quisiera ahorcarme de una palmera al lado del mar, tururu, tururu').

Y la música es sabrosa, qué se le hace. Y la separación, lamentable. Recién los descubría cuando se reunieron en el Monumental de River a tocar por última vez (y sí, les dio por decir 'gracias totales'). Y una vez más llegaba a entender que esta es una sociedad nostálgica, que todos lo somos y vivimos esperando que se repita el pasado y que reviva el recuerdo. Soda se erigía como mi paradigma de la nostalgia. Oírlos para montarme en la muerte de una leyenda, para hacerme partícipe de un dolor colectivo cuando ni siquiera sabía (sé) cuál es el primer disco. Y los quería como si hubiera crecido con ellos y veía sin el repudio natural que se sienten hacia los 80's, sus dilemas entre irse por lo Milli Vanilli o Culture Club, o convertirse en la mismísima familia de Alf.

Esta semana por lo menos, pude oír 'Doble Vida', 'Dynamo' y 'Comfort y Música Para Volar'.

Comfort y Música Para Volar... son unos genios con las palabras, no hay duda.

(Se oye: Doble Vida)