Eterno resplandor de una(s) mente(s) CON recuerdos
Hay que escribir algo… ¿con qué empezar?
Ya sé, con el final, que es el mismo pasado. Y a la final, el mismo presente.
Pero no es una biografía, no es lineal, no es coherente, pero aún así, se siente.
Jöga, “coincidence makes sense only with you”…
Relatividad y Descartes. Plagios eternos.
Raquetas de tenis.
El 31 de diciembre no lo quiero pasar con mis suegros en segundo grado.
¿Contra el Italiano? ¿Y allá? Bueno, todo bien, yo voy.
Quédese un ratico, hablamos y después la acompaño a su casa.
Oiga una pregunta, ¿con quién va a ir a mi prom?
No. Ya son las 9:16 y yo ya no llamo.
Si no vamos a Juan Luis, veamos esta película que dicen que es como buena. Creo que se llama “Eterno Resplandor De Una Mente Sin Recuerdos”.
¿Uy un kit de lápices para dibujo? Qué detallazo, creo que voy a llorar.
No deberías ser tan intolerante.
Y si ponemos una citica de Cranberries… no, mejor no.
Ese grupito es medio mañé. Mejor algo de Daft Punk.
¿Ritmo? No, ni idea. ¿Cómo se juega?
Yo, Países Bajos. ¿Y tú? Jueputa la tutee.
¿Me va a cobrar el muffin? Maldita avara.
Caminemos hasta... la Plaza de Bolívar y volvemos de una.
7 del 14, 14 del 7, 7 por 2 = 14 y 14 divido 2 da 7, numeritos, numeritos no más, que si se dividen por sí mismos dan 1.
El comienzo del fin.
La quiero porque algunas veces me dice lo que yo quiero oír, pero la amo porque muchas veces me dice lo que no quiero oír.
Cucharas.
¿Oiga y porqué no ofrecen camisetas?
Venga, dígale a Maria Andrea que les pongamos a hacer como un cangrejo.
¿Y que tal que no entienda?
Que no joda. Para eso hemos compartido tanto.